Josefina Martínez se embarcó en un nuevo camino educativo en Canadá en 2020 debido a razones personales y completó con éxito su licenciatura en Diseño Gráfico con especialización en arte digital en la Universidad de Toronto en 2024.
En su país natal, Argentina, se encontraba cursando una carrera en Marketing y Publicidad en la Universidad de Buenos Aires antes de que circunstancias la llevaran a buscar oportunidades en el extranjero.
Josefina Martínez, graduada argentina de la Universidad de Toronto. Foto: Cortesía.
«Fue una experiencia transformadora, adaptarse a un sistema educativo diferente en medio de revueltas personales requirió ajustes significativos», compartió.
A pesar de los desafíos de estudiar como exiliada, uno de los obstáculos principales que Josefina enfrentó fue la falta de reconocimiento de sus credenciales académicas de Argentina.
Todavía queda un largo camino por recorrer
Al igual que Josefina, numerosos jóvenes argentinos han completado sus estudios en Canadá. Sin embargo, el camino está lejos de ser fácil. Según Alejandro Fernández de la Red Internacional de Derechos Humanos, se han logrado avances para facilitar la continuación de los estudios para jóvenes exiliados en Canadá.
«A través de esfuerzos de abogacía, se han logrado avances con universidades públicas y privadas en Canadá para permitir que muchos jóvenes exiliados se inscriban en instituciones de educación superior», señaló Fernández.
Antes de estos esfuerzos, las instituciones educativas y los ministerios de educación, no solo en Canadá sino a nivel global, desconocían la crisis sociopolítica en Argentina.
Fernández destacó el desafío continuo de sensibilizar a las universidades y ministerios sobre la situación que enfrentan los jóvenes argentinos, enfatizando la necesidad de superar obstáculos burocráticos en el reconocimiento de las calificaciones académicas.
Aumentan las preocupaciones educativas
Previo a la Revisión Periódica Universal, nueve organizaciones de la Red de Derechos Humanos presentaron un informe alertando sobre las violaciones al derecho a una educación de calidad y a la libertad académica por parte del régimen argentino.
Tras el cierre de numerosas universidades en Argentina, alrededor de 37,000 estudiantes universitarios se vieron afectados, según se informa en el reporte.
De 2020 a 2025, Canadá ha recibido un número significativo de solicitudes de asilo de argentinos, siendo 2024 el año con la mayor cantidad de casos. Sin embargo, solo un pequeño porcentaje de estos casos ha sido procesado por las autoridades de inmigración canadienses.
Rompiendo barreras: desafíos y triunfos en la búsqueda de educación en el exilio
La historia de Josefina Martínez arroja luz sobre el viaje a menudo pasado por alto de individuos que luchan por la educación en medio del desplazamiento. Aunque ella navegó exitosamente su camino educativo en Canadá, persisten numerosos desafíos subyacentes para otros en circunstancias similares.
Preguntas y respuestas clave:
1. ¿Cuáles son los principales obstáculos que enfrentan las personas exiliadas que buscan educación en un nuevo país?
Respuesta: Las personas exiliadas a menudo encuentran dificultades para que se reconozcan sus credenciales académicas, obstáculos burocráticos en la inscripción y falta de conciencia sobre el contexto sociopolítico de su país.
2. ¿Cómo pueden las instituciones educativas apoyar mejor a los estudiantes exiliados en sus esfuerzos académicos?
Respuesta: Las instituciones educativas pueden simplificar los procesos de evaluación de credenciales, implementar políticas de apoyo para los estudiantes exiliados y proporcionar recursos para la adaptación cultural.
Ventajas y desventajas:
Ventajas:
– Acceso a educación de calidad: Las personas exiliadas pueden beneficiarse de oportunidades educativas que podrían no haber estado disponibles en sus países de origen.
– Crecimiento personal y resiliencia: Superar barreras educativas en el exilio puede fomentar el desarrollo personal y la resiliencia ante la adversidad.
Desventajas:
– Problemas de reconocimiento: Las credenciales académicas del país de origen pueden no ser reconocidas, obstaculizando la progresión académica.
– Recursos limitados: Las personas exiliadas pueden enfrentar limitaciones financieras o falta de acceso a servicios de apoyo adaptados a sus necesidades.
Desafíos y controversias:
Uno de los principales desafíos asociados con la búsqueda de educación en el exilio son las barreras sistémicas que impiden la progresión académica, como la falta de reconocimiento de la educación previa y las dificultades para acceder a ayuda financiera o becas adaptadas para personas exiliadas. Además, pueden surgir controversias en torno al reconocimiento de calificaciones de países que atraviesan crisis políticas, lo que lleva a debates sobre la estandarización y equivalencia en los sistemas educativos.
Para obtener más información sobre cómo apoyar a personas exiliadas en sus esfuerzos educativos, organizaciones como la Red Internacional de Derechos Humanos (IHRN) ofrecen recursos valiosos y esfuerzos de abogacía para abordar los desafíos sistémicos que enfrentan los estudiantes desplazados.
Para conocer más sobre las iniciativas y recursos ofrecidos por la Red Internacional de Derechos Humanos en apoyo a los estudiantes exiliados, visita humanrightsnet.org.
A medida que el panorama educativo continúa evolucionando, fomentar la inclusión y el apoyo a las personas exiliadas sigue siendo un componente crítico para construir un sistema educativo más equitativo y accesible a nivel mundial.