En Nicaragua, la situación de los presos políticos sigue siendo alarmante. Los familiares de estos detenidos han expresado su profunda preocupación por las condiciones inhumanas en las que se encuentran sus seres queridos. La represión del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha llevado a un estado de desesperación entre los familiares, quienes denuncian que sus parientes están muriendo en prisión sin recibir la atención necesaria.
Desde el estallido de la crisis sociopolítica en 2018, Nicaragua ha experimentado una radicalización del régimen, que ha intensificado la represión contra cualquier forma de oposición. Las organizaciones políticas y sociales han sido desmanteladas, y los medios de comunicación críticos han sido silenciados. En este contexto, los presos políticos se encuentran en condiciones deplorables, sufriendo enfermedades y maltratos constantes.
La comunidad internacional ha sido testigo de cómo el régimen de Ortega y Murillo ha consolidado su poder a través de la violencia y el miedo. A pesar de las denuncias y los llamados de auxilio, la situación de los presos políticos no ha mejorado. Los familiares de los detenidos continúan luchando por la libertad y la dignidad de sus seres queridos, enfrentándose a un sistema que parece implacable.
La represión en Nicaragua no solo afecta a los presos políticos, sino también a sus familias, quienes viven con el temor constante de represalias. La comunidad internacional debe prestar atención a esta crisis humanitaria y tomar medidas para apoyar a los nicaragüenses en su lucha por la justicia y la libertad.
