Hace seis años, Nicaragua se vio sacudida por una serie de manifestaciones masivas contra el gobierno de Daniel Ortega. Estas protestas, que comenzaron en abril de 2018, marcaron un punto de inflexión en la historia reciente del país. A pesar de que el tiempo ha pasado, la situación de los derechos humanos en Nicaragua sigue siendo motivo de preocupación internacional.
Actualmente, se estima que hay 138 personas que aún están encarceladas bajo cargos que muchos organismos internacionales y grupos de derechos humanos consideran políticamente motivados. Estos individuos, conocidos como «presos políticos», son un claro indicativo de la continua represión en el país.
El gobierno de Ortega ha sido criticado repetidamente por su manejo de las protestas y la subsiguiente represión. Las detenciones y las acusaciones de violaciones a los derechos humanos han sido documentadas y condenadas a nivel internacional, pero poco ha cambiado en términos de política interna.
La comunidad internacional sigue observando con preocupación, esperando avances que puedan llevar a una resolución pacífica y justa para todos los nicaragüenses. Mientras tanto, las familias de los detenidos continúan abogando por la justicia y la liberación de sus seres queridos, manteniendo viva la esperanza de un futuro en el que Nicaragua pueda ver restaurados la paz y el respeto por los derechos humanos.
